Gran Turismo 7: la decepción del año para el simracer?
La nostalgia predomina en un juego que vuelve a sus raíces y que enamorará a muchos, pero las sensaciones de manejo, el modelado físico y la libertad a la hora de competir son más importantes para el que busca un simulador. ¿Está GT7 a la altura?
La temida frase "este juego no es para todos" muchas veces molesta, pero no tengo otra alternativa que usarla y en este caso, en primera persona. Gran Turismo 7 no es para mí y probablemente no lo sea para vos si estás buscando encontrar en este juego un simulador con todas las de la ley. Hay cientos de reviews que le dan puntajes casi perfectos y están en lo cierto, al menos para cierto público, pero después de muchas horas jugándolo, tanto con un control como con un volante, me encuentro cada vez con menos ganas de seguir invirtiendo tiempo en el juego. Déjenme contarles qué es lo que me ahuyenta.
El slogan de Gran Turismo siempre ha sido "the real driving simulator", algo que sigue acompañando al logo del juego hasta el día de hoy. Asumí que buscaría atraer diferentes públicos, al que quiere la experiencia tradicional del juego o al que quiere ese "driving simulator", concentrándose en la competencia, sea contra AI u online. Lamentablemente, me encontré con un juego donde sentí que todas las decisiones de diseño están tomadas en contra del que quiere lo segundo, el grupo donde yo me encuentro. Este es un juego que parecería estar obsesionado en que lo juegues de una sola forma.
La principal razón es que Gran Turismo 7 es un regreso a su fórmula más clásica, una que no veíamos en un título de la franquicia desde diciembre de 2013, hace casi una década. En todos estos años, los títulos de carreras han cambiado mucho, pero Yamauchi decidió no moverse ni un centímetro de lo que hasta ahora le ha funcionado, eso mismo que hizo de esta franquicia la más vendida en Playstation. Esto es su mayor fortaleza y también su mayor debilidad.
Los que crecieron con Gran Turismo tienen motivos de sobra para festejar, saben que van a encontrar una dinámica que conocen a la perfección, una donde el objetivo es llenar tu garage de autos, con más de 400 para coleccionar aunque muchos de ellos se comporten de forma idéntica en la pista. La forma de lograrlo es fantástica o tediosa, dependiendo de a quién le preguntes y a qué tipo de juego esté acostumbrado.
La dinámica es simple, te darán a elegir un compacto japonés, lento y fácil de manejar, que sirve a modo de tutorial para que te vayas sintiendo cómodo en las pistas y que será la puerta de entrada a otras competencias. Vas a seguir un buen rato con autos prácticamente igual de lentos, pero al ir ocupando podios en diferentes carreras, si es que se pueden llamar así, vas a ir recibiendo nuevos autos y créditos para comprar mejoras u otros vehículos.
¿Por qué digo que no son carreras? La dinámica, que se repite hasta la eternidad, es siempre la misma: empezás al final del pelotón y vas a tener dos o tres vueltas para conseguir pasar a una hilera de diferentes autos, que no ofrecen demasiada resistencia, buscando terminar en los tres primeros puestos. Es emocionante ver a Senna en la lluvia remontar una carrera, definitivamente es emocionante lograr hacer una de esas proezas en un simulador, pero hace falta variedad.
Eventualmente esa variedad comienza a llegar, con diferentes retos que llegan de la mano de las adictivas licencias de manejo y una vez que hayas avanzado bastante, misiones que suman más desafíos. Con esto el juego se empieza a abrir y a mostrar su potencial, pero para poder disfrutarlo libremente, hacen falta varias horas de grind e incluso al lograrlo, las opciones son tan limitadas que se presentan dos opciones. Seguir con el grind para obtener más autos y circuitos o usar las microtransacciones para pagar por desbloquear el contenido que uno quiere. Si, leíste bien, microtransacciones en un juego de 70usd, que encima vienen acompañadas de una linda subida de precios respecto al juego anterior.
¿Dónde está el modo online y las competencias personalizadas?
El juego va habilitando diferentes puntos en el mapa que sirve de menú a medida que progresas, pero por más que avanzaba, el modo online o la posibilidad de armar carreras a mi gusto brillaba por su ausencia. Asumí que era cuestión de obtener las licencias de manejo en el juego, por lo que me aboqué a los desafíos, completando absolutamente todos, graduándome al mostrar que podía manejar el Porsche 917K en un húmedo Spa sin problemas, pero el modo online seguía perdido en acción, al punto que tuve que recurrir a Google para entender cómo desbloquearlo... resulta que debía avanzar aún más en la lenta y poco interesante campaña, que esta vez funciona a través de un café donde su dueño te va dando misiones que te orientan a conseguir diferentes autos que pueden interesarte o no. Pero bueno, como básicamente es participar de competencias, o lavar el auto, le dediqué el tiempo hasta que para mi alegría, podía jugar en línea. Una alegría que duró muy poco...
En el modo en línea solo vas a poder correr con los autos que hayas desbloqueado, por lo que estás prácticamente obligado a volver al grind o pagar. Para hacer las cosas peor, la lista de servidores publicos está ordenada por vaya uno a saber cuál criterio, donde ni siquiera se pueden establecer filtros permanentes, y en donde está repleto de instancias mal configuradas donde corren GT3s, fórmulas y compactos juntos. Para ser realmente competitivo, es necesario comprar upgrades para el auto que vayas a correr, algo que atenta contra una competencia pareja donde se destaquen pilotos y no autos. Si estás esperando prender el juego, elegir un auto y disfrutar de una carrera peleada, eso no va a pasar si no inviertes dinero - que se gana a un ritmo muy lento en el juego - y tiempo en analizar que upgrades maximizarán un auto específico. Esto de alguna manera va contra del espíritu original del juego, que es tener un garage enorme para poder jugar con cientos de autos diferentes, podés hacerlo, pero preparate para no ganar carreras. Aunque seguramente es un bug que será corregido pronto, la cereza arriba del helado es que al acceder a uno de estos servidores la configuración que tengan afecta las asistencias de manejo que hayas elegido.
Aunque no lo crean, a esta altura, teniendo todas las licencias y el modo en línea habilitado, todavía no tengo forma de crear una carrera contra la AI a mi gusto. ¿Cómo hago si quiero practicar un circuito para una futura carrera rankeada? ¿Qué pasa si quiero hacer algunas carreras de mayor duración que las 2 o 3 vueltas que brinda el modo competición? Incluso cuando seas capaz de armar estas carreras, ni siquiera hay formas de clasificar, ni tener una largada en movimiento con dos filas de autos o que el juego se tome en serio las penalizaciones. Parece extraño que un juego que presta tanta atención a los detalles haya quedado tan relegado en estos aspectos que lo alejan cada vez más del título de simulador.
Sensación de manejo
Se puede estar de acuerdo o no con el enfoque, al final del día es cuestión de gustos, podés también aceptar que el grind es necesario o una etapa temporaria para que el juego te permita encarar otros modos, pero algo que no puede fallar en un buen simulador son las sensaciones de manejo.
Por defecto, el juego tiene muchas ayudas para los que están comenzando, incluso en el modo avanzado sigue haciendo magia para que nunca pierdas el control. Una vez que te metés en los menús más avanzados y desactivas todas las ayudas el juego empieza a mostrar mejor el carácter de los autos y es donde las sensaciones de manejo deberían brillar.
Aquí las cosas son menos subjetivas y personalmente es uno de los aspectos que más me afecta a la hora de engancharme con un simulador. Me sorprendió la poca sensación, o mejor dicho, la mala sensación de manejo que me transmite el juego. Con el control de PS5, GT7 hace las cosas bien, presentando vibraciones de un lado u otro para hacerte saber qué quiere hacer el auto, haciendo que los gatillos ofrezcan mayor o menor resistencia en las frenadas. Al usar un volante se debería poder lograr una fidelidad mayor, pero la experiencia en lugar de mejorar me pareció peor.
Usando un Logitech G923 la posibilidad de atacar los circuitos mejora considerablemente, es más fácil lograr poner el auto donde uno quiere, ahí la cosa se va pareciendo más a un verdadero simulador, pero al igual que me sucedió con el modo en línea, la desilusión llegó rápido. El juego es incapaz de transmitir buena información de lo que está haciendo el auto como lo hace cualquier otro sim moderno. El volante simplemente se la pasa vibrando pero nunca logra transmitir que estás por perder el control del auto. Aunque es fácil recuperarte de los errores y el modelo físico es muy permisivo, la falta de información y un comportamiento errático en el grip que genera que muchos autos pierdan el control de forma repentina hacen que básicamente termines manejando solo por información visual. Con ajustes a la configuración del FFB es algo que tal vez se podría corregir, pero hay solamente dos sliders con los que es imposible hacer cambios radicales a la experiencia. Tal vez GT7 sea capaz de brindar toda esa información y con futuros parches la cosa cambie, pero hoy deja mucho que desear.
Y hablando de cambiar configuraciones, es inevitable mencionar que la interfaz necesita muchísimo trabajo, en especial para eliminar la cantidad de acciones que necesita para pasar de un evento a otro o para adaptar tu auto al nivel que pide una competencia. Es muy linda estéticamente y fácil de entender, pero hoy atenta contra el flujo del juego.
No estoy ciego, no todo es malo. Lo dije y lo repito, para el que no busca un simulador de manejo más duro, este es un gran juego, que hace muchas cosas bien. Gráficamente se destaca, con ciclos de dia y noche, clima cambiante, la sensación de progresión y el amor evidente por los autos que se ve reflejado en el interesante museo que te da mucha información de la historia de las diferentes automotrices presentes en el título. Lograr el oro en las licencias es tan adictivo como siempre, más cuando estás a unas centésimas de lograrlo y los que encuentran satisfacción en ir llenando su garage con decenas de autos, van a estar enganchados por mucho tiempo.
Conclusiones
Gran Turismo siempre fue un título fundamental, ha sido, para muchos, una puerta de entrada a los simuladores de manejo y solo por eso festejo que exista. Nadie debería quejarse que haya más jugadores que nunca divirtiéndose con el título y probando de meterse en este fantástico hobby. Este es un título que funciona muy bien para cierto público, en especial el que recuerda las viejas entregas con nostalgia, pero para el que está ansioso de un buen y demandante simulador, todo parece estar diseñado para generar barreras que se interponen a ello. Gran Turismo 7 es hoy, lamentablemente, un buen simcade que busca obligarte al grind, o a poner dinero para soltarte la mano y dejarte concentrarte en convertirte en mejor piloto.