Victory Heat Rally
Luego de varios años haciendo que nuestro hype por este juego solo vaya en aumento, finalmente pudimos probarlo. Te contamos qué nos pareció.
Para los que disfrutamos de la época de juegos como OutRun, con ese hermoso estilo 2.5D, solo con ver algunas imágenes de Victory Heat Rally vamos a sentir como nos vence la nostalgia y no podremos resistir el impulso por jugarlo. Después de conquistarlo, nos quedamos con buenas sensaciones, pero con ganas de mucho más.
Aunque OutRun es el primer juego de este estilo que nos suele venir a la mente, está claro que las influencias más importantes de VHR están en el género pero probablemente en otros títulos. El estilo de las pistas, con sus cambios de elevación, nos recuerda muchísimo al excelente Power Drift, y la manera en la que te avisa que te pisan los talones, es una clara alusión a F-Zero.
Si bien las influencias se notan, VHR tiene un estilo gráfico propio, con una paleta de colores muy colorida y alegre, buen pixelart y personajes con cierta personalidad, que lo hacen destacarse de otros juegos del género. Nuestra única crítica en este aspecto es que hay varios elementos que parecen estar dibujados en otra resolución y en el conjunto no quedan tan bien. Los autos por ejemplo están bien realizados, pero con bajo detalle y resolución, mientras que las pistas y los fondos no. No es que se vea mal ni mucho menos, pero es un aspecto a mejorar.
Donde sí quedan claras las influencias es en su forma de comportarse al manejar, cómo se siente y el desafío que presenta. La conducción es muy simple, y después de un par de carreras seguramente vas a poder dominarla por completo, la clave es en lograr el boost que te da patinar en las curvas. Similar a los que vimos con Mario Kart y cientos de juegos del estilo, aquí es muy raro que tengas que frenar en algún momento, todo se trata de acelerar al máximo, tocar el gatillo del control justo antes de comenzar a doblar y llenar el medidor que te dará esa velocidad extra para pasar a los otros contrincantes. Una vez que domines esto, vas a disfrutar las carreras bastante, especialmente cuando puedas golpear de atrás a los corredores más lentos a los que les estás sacando una vuelta, donde vas a ver una divertida animación de como salen volando y explotan.
Al jugar en el modo campeonato, donde no vas a poder elegir una dificultad, si ya controlas bien tu auto, vas seguramente a sentir que no hay gran desafío, quedando siempre entre los primeros puestos sin mucho esfuerzo. A medida que avanzas en estas carreras, los circuitos se vuelven más sinuosos y algunos oponentes no fallan en sus recorridos, por lo que, de forma algo abrupta, las cosas se van a poner bastante más complicadas.
Si las cosas no te están saliendo como esperas, te damos una sugerencia. A medida que progresas en los campeonatos, no solo vas a liberar colores para tus autos, sino que, con desafíos adicionales, al derrotar a otros rivales vas a poder usarlos. No solo los otros autos te dan diferentes comportamientos, sino que también podés elegir el tipo de neumático y suspensión a utilizar para que se adapten mejor a tu estilo de manejo y los circuitos donde estás sufriendo un poco.
La base del juego es realmente buena, con carreras divertidas, pero es difícil no sentir que el juego, después de todo el hype que creó, podría dar algo más, como leaderboards globales que te hagan querer luchar por conquistar el tope de estas. Es un buen título, pero al final del día, después de vencer su campeonato, necesita un incentivo mayor para hacerte querer seguir jugándolo.