Spirit of the Samurai, nuestra reseña

Exploramos los puntos fuertes y las fallas de Spirit of the Samurai, un juego que destaca por su originalidad y su deslumbrante estética inspirada en la mitología japonesa.

La idea de un juego de acción creado con stop-motion no es algo que veamos todos los días, y esta originalidad es, sin duda, el gancho que llama la atención de inmediato. Al menos, eso fue lo que nos sucedió. Spirit of the Samurai destaca por su arte sobresaliente y una ambientación oscura que transmite a la perfección la atmósfera que busca crear.

La historia se desarrolla en el Japón feudal, donde inicialmente tomas el papel de Takeshi, un samurái con una conexión especial con Kitsune, el espíritu del bosque representado en el folclore japonés como un zorro. A medida que avanza la trama, también podrás controlar a Chisai, el gato de Takeshi, y a un Kodama, esos pequeños espíritus tan familiares en los juegos inspirados en la mitología japonesa. Como Takeshi, tu misión será enfrentarte a los oni, demonios que, fieles a su naturaleza, buscan conquistar todo Japón, comenzando por tu aldea.

El punto más fuerte del juego es, sin duda, su estilo visual. La representación de los escenarios es excelente. Los detalles, el tono lúgubre y amenazante que surge con la aparición de los oni, e incluso la dosis justa de sangre, logran una estética que brilla por encima de todo lo demás. Sin embargo, hay un aspecto que podría mejorar.

En ocasiones, los objetos en primer plano terminan bloqueando la vista de trampas mortales o complicando algunos combates. Esto no resulta tan problemático en las secciones de plataformas o sigilo, pero en momentos clave puede generar frustración. Un pequeño ajuste en este sentido, aunque afecte lo visual, evitaría muchos inconvenientes.

Spirit of the Samurai combina tres estilos de juego: acción con Takeshi, sigilo con Chisai y niveles más abiertos centrados en cumplir objetivos con el pequeño Kodama. Aunque el enfoque y diseño del juego son sólidos en teoría, en la práctica algunas mecánicas afectan la experiencia general. Las secciones de plataformas, por ejemplo, requieren gran precisión, pero los controles no siempre responden como deberían, una deficiencia agravada por las animaciones. Esto se hace aún más evidente durante los combates. Las animaciones, combinadas con hitboxes poco consistentes, pueden volver algunos encuentros frustrantes. Si bien el sistema de combos personalizables mejora las peleas, no debería recaer en el jugador solucionar estos problemas a base de prueba y error.

Es evidente el enorme trabajo detrás del juego. La historia está bien contada a través de su elenco y las animaciones están cuidadas al detalle. Sin embargo, tras las poco más de cuatro horas que lleva completarlo, las diferencias entre la jugabilidad y la estética son demasiado evidentes.

Digital Mind Games ha apostado fuerte al emplear stop-motion para crear un estilo visual único, y es una pena que esta misma apuesta termine afectando la experiencia general. Aun con sus fallas, Spirit of the Samurai es un juego que destaca entre la multitud. Si el estudio realiza algunos ajustes en el futuro, podría convertirse en una experiencia verdaderamente memorable.