Simon the Sorcerer regresa
 
                Con Origins, la franquicia que comenzó hace más de 30 años hace su regreso y lo estuvimos jugando para contarte si conserva lo que hizo a los primeros juegos tan especiales.
Hace más de 30 años salía a la venta Simon the Sorcerer, una aventura de tipo point and click que terminó siendo muy querida por el público y que incluso hoy evoca muy buenos recuerdos para muchos fans del género. Si bien contó con varias secuelas, a partir de la tercera con su paso al 3D, la recepción no fue la mejor.
Hoy, después de una pausa bastante prolongada, el estudio italiano Smallthing Studios nos trae una precuela que busca estar a la altura de los dos primeros capítulos, que perduran con su buena fama gracias a un acertado sentido del humor.
Simon the Sorcerer Origins nos vuelve a poner en control del sarcástico mago, que no lo es todavía al comienzo de esta aventura, para que vivamos las semanas previas a los eventos del primer juego de 1993. A modo de intro y tutorial, acompañaremos a Simon mientras su familia se está mudando y escarbaremos entre las cajas de la nueva casa antes de ser transportados al mundo mágico donde transcurre toda la historia y nuestra real aventura comienza.
Atrapado en este fantástico mundo, Simon no tiene otra idea que enrolarse en la escuela de magia para poder convertirse así en hechicero y poder regresar a su hogar.
Con los primeros pasos después del breve tutorial, los que vienen disfrutando de la saga hace decenas de años, van a encontrar personajes conocidos, con roles algo cambiados tal vez, pero con Sórdido como el mismo “malo de la película”. Como nota especial, cabe destacar que los que jueguen en inglés o alemán, se encontrarán con una grata sorpresa, ya que los actores de voz originales hacen su regreso para que la nostalgia se apodere de nosotros.
El estudio eligió un estilo gráfico interesante, completamente hecho a mano, que le da una nueva vida al personaje y al mundo. Podrá decirse que los escenarios no tienen el mayor detalle del mundo, pero también es algo esperado en una aventura del tipo point&click que no busca sobrecargarte, no?
Donde el juego no se moderniza demasiado es en cuento a ciertas dinámicas. El inventario se puede llegar bastante, por lo que habrá ciertos momentos en los que vas a estar pasando de página en página hasta encontrar lo que buscas. Esto no sería tan terrible si no fuese porque hay ciertos puzles que no son tan claros y no hay un sistema de pistas como hemos encontrado en lanzamientos recientes. Como jugador, seguramente vas a usar la vieja táctica de tratar de usar todos los objetos o combinarlos de forma frenética hasta encontrar lo que funciona. No es lo ideal para el flujo del juego, pero es la forma en que muchas veces en el pasado resolvimos puzles que no eran tan claros.
Lo que sigue intacto, y era justamente lo que esperábamos ansiosamente que así fuese, es el sentido del humor. Hay muchas referencias a otros medios y se busca romper la cuarta pared. El juego no se toma a si mismo de forma seria, y lo ayuda a que la aventura, que dura algo más de 6 horas, sea entretenida en su mayor parte.
Nuestra crítica en cuanto a ese entretenimiento es que hay veces que fue inevitable que no sintiésemos que el juego era algo lento. Simon camina lento, ciertas animaciones podrían ser más cortas y en especial cuando estás buscando resolver algo y no recorriendo por primera vez un escenario, nos hubiese gustado que el juego se sintiese algo más dinámico.
Simon the Sorcerer Origins es un muy buen relanzamiento de la franquicia, conservando lo que hizo a los queridos primeros juegos tan atractivos, un buen sentido del humor. Si bien no es la mejor aventura gráfica moderna, es una compra fácil para los que recuerdan con una sonrisa los primeros juegos.
 
                    