Return to Monkey Island: el (gran) fin de una era
Pensamos que era imposible, pero Ron Gilbert y Dave Grossman nos cumplieron el sueño de traer de vuelta a Guybrush Threepwood para finalmente encontrar el secreto de Monkey Island.
¿Cómo escribir sobre un juego que significó tanto para muchos de nosotros? Esta es una reseña atípica de alguna manera, es una reseña muy personal, una escrita en primera persona, de un juego que tengo años esperando, uno de esos títulos que inconscientemente le ponemos exigencias que seguramente no podrá cumplir. Han pasado ya 32 años desde su salida y sigue siendo tema de conversación y título casi inevitable en las listas de los mejores juegos de la historia.
En 1990, este gamer de, para ese entonces, 15 años, volvía a su casa con 4 discos de 3.5" sin saber que una increíble aventura gráfica se iba a transformar en uno de sus juegos favoritos, una que lo iba a hacer reír mucho y pensar fuera de la caja para descubrir cómo resolver fantásticos puzles.
Ron Gilbert, Tim Schafer y Dave Grossman habían escrito una historia que reflejaba quienes eran, una historia de un joven que comenzaba una excitante nueva profesión. Hoy, dos de ellos nos traen de vuelta a Guybrush Threepwood, un pirata ya adulto, como sus creadores, que son todos recordados por sus primeras aventuras, pero que necesitan cerrar un capítulo que parecía inconcluso. Nosotros no podríamos estar más felices de poder acompañarlos en ese cierre que ya parecía una utopía.
Es difícil describir la sensación de ese momento en que le di "play" al juego, ya no con 15 años sino con 47, con miles de emociones juntándose en la punta del dedo tocando el botón del mouse. La enorme sonrisa no se hizo esperar, era un momento mágico, iba, finalmente a reencontrarme con ese pirata tan simpático y tonto sobre el que siempre pensamos que debería volver. Después de la intro, me encontré tarareando su canción, con la misma sonrisa que no se había borrado, parecía de nuevo ese chico de 15 años y solo por eso, ya el juego estaba valiendo la pena.
Return to Monkey Island es una continuación directa de la segunda entrega del juego, pero está hilada con ella de una forma magistral, que realmente no esperaba y que no pienso arruinarles. Con esa fantástica vuelta de tuerca, voces y gran música, me atrapó inmediatamente y me mandó un claro mensaje, no iba a querer levantarme de la silla hasta ver su final.
En muchos sentidos, Return to Monkey Island superó mis expectativas, en las casi 10 horas que me tomó terminarlo, me reí mucho más de lo que esperaba, posee un humor que está a la altura de lo que hizo tan característica a las primeras entregas de la serie. Una buena mezcla de referencias que entenderán rápidamente los veteranos, situaciones desopilantes de nuestro descuidado pirata y chistes de como Guybrush, y nosotros, vamos pasando de moda, de como ya somos viejos y que lo que nos gusta no es lo que la gente quiere ahora. Varios personajes entrañables como Stan, Murray, Voodoo Lady, Otis y Wally hacen su retorno, con sus voces originales, y las interacciones con ellos son de lo mejor del juego.
Hoy en día no es raro encontrarse con ediciones Director's Cut de todo, pero los muchachos de Terrible Toybox hacen algo fantástico, te dan la oportunidad de elegir si querés jugar la Writer's Cut, con diálogos más extensos, aunque te avisan que el ritmo del juego puede sufrir un poco, algo que no sentí en lo más mínimo.
Otro punto interesante es que después de años de experiencia, esta aventura gráfica se siente pulida al infinito y puede ser tan accesible como quieras. No solo cuenta con dos niveles de dificultad de los puzles, uno fácil y, como lo llaman ellos, el “full monkey”, sino que vas a contar con un sistema de pistas dentro del juego que vas a poder consultar si estás trabado con algún objetivo. Aunque siempre recomendaría no usarlas, la buena noticia es que tienen varios niveles hasta ser muy explícitos en como resolver un acertijo. La primera consulta es solo una orientación y a medida que pidas más información sobre el mismo objetivo, se irá poniendo más detallado, hasta decirte paso a paso como solucionarlo.
La cadencia del juego me resultó excelente, algo difícil de lograr en una aventura gráfica, porque para esto es necesario que los puzles no sean ni tan fáciles ni tan difíciles para que te sientas que volás en la historia o que no sabes para donde ir y empieces a visitar viejas locaciones en busca de algo que se te pasó por alto. No encontré ningún puzle que me pareciese injusto o directamente demasiado complicado de resolver (Jojo, te mando saludos) y este sea seguramente uno de los mejores logros del juego incluso si lo comparamos con los juegos originales.
Hay que hablar del estilo de arte, que sorprendió tal vez porque esperábamos, después de Thimbleweed Park y una gran dosis de nostalgia, que fuese puro pixelart, pero el mismo Ron lo dijo ya varias veces, a su criterio, los Monkey Island no fueron pixelart, eran simplemente lo que se podía hacer en esa época. Tal vez no lo recuerden, pero en su primera versión la resolución usada fue de 320x200, con solo 16 colores. Aunque fui de los que al ver las primeras imágenes tuve mis dudas, la realidad es que una vez que lo ves en movimiento, Return to Monkey Island no defrauda. Hoy tengo que reconocer que me equivoqué y digo que su estilo de arte es impecable.
Siempre evito hablar de cualquier cosa que pueda dar pie a spoilers, y no voy a empezar ahora, menos con un juego como este. Lo que solo voy a decir es que el final seguro dará que hablar, tendrá sus amantes y detractores y lo mejor es que seguro generará muchas charlas interesantes. Sin dudas significará cosas diferentes para los que han ido envejeciendo a la par de Guybrush que para los que están conociéndolo por primera vez. Personalmente me pareció un gran cierre, que al igual que el comienzo del juego, me resultó inesperado. Cuando los créditos empezaron a pasar, estaba feliz, Return to Monkey Island es un gran cierre de la trilogía, es el fin de una era, pero por sobre todo, muestra el amor que sus creadores le tienen a esta historia, a sus personaes.
Mis expectativas eran enormes, y aunque la nostalgia y el amor que le tengo a estos personajes hará que no sea la persona más objetiva al analizarlo, tengo que decir que Return to Monkey Island las ha superado. Cumplió con todo lo que esperaba, me hizo reír, me hizo pensar de forma no tradicional, me enganchó desde el primer hasta el último minuto y, sobre todo, me hizo sentir nuevamente como ese chico de 15 años.