Need for Speed: Unbound, arriesgándolo todo por el podio

Después de varios años donde la franquicia no logró conquistar a los fanáticos, Criterion y EA nos traen Unbound, donde su cambio más profundo está lejos de ser el estético que tan bien le sienta.

Los juegos de carreras del estilo de Need for Speed, Forza Horizon o hasta cierto punto, el mismo Gran Turismo, suelen darte la posibilidad de tener un garage que parece infinito. La progresión se siente casi carrera a carrera, donde cada vez que te sientes a jugar vas a ir desbloqueando más y mejores autos, y esa es parte de la gracia de la experiencia, aunque en algún punto descubras tu favorito y te encuentres más y más volviendo a usarlo ignorando la enorme flota que está a tu disposición. Need for Speed: Unbound, rompe por completo esta fórmula y se juega a todo o nada por volver a poner a la saga a la altura donde supo estar.

Es inevitable al ver los trailers del juego que todos hayan asumido que el mayor cambio era estético, pero la realidad es otra. Igual, ya que mencionamos la estética, aprovechemos a decir que al menos para nuestro gusto, nos parece que funciona a la perfección. Esa mezcla de realismo para los autos y la ciudad, con personajes cell-shaded y efectos visuales que parecen dibujados a mano en los derrapes o saltos, lo hacen destacarse en el género. Los que vieron la alucinante película Spider-Man: Into the Spider-Verse, van a sentir la clara inspiración en el estilo.

El cambio más importante que trae Unbound es que la progresión es extremadamente lenta, algo que sin dudas va a dividir las opiniones del juego. La gratificación aquí no es inmediata. Ni vas a desbloquear autos rápidamente ni vas a sentir que el juego está esperando que ganes cada una de las carreras. El juego está diseñado para que la experiencia sea una donde te vayas acostumbrando a tu auto, consiguiendo poco a poco el dinero necesario para mejorar cada una de sus piezas, luchando para subir en tu categoría, logrando así un lugar en las clasificatorias.

El camino al éxito sigue una fórmula muy similar que la franquicia mostró en Heat, el juego de 2019, donde siguiendo una estructura de calendario, vas a encontrarte con la posibilidad de ganar dinero en eventos durante la semana, buscando así tener el mejor auto para ganar la clasificatoria el fin de semana. Las diferencias radican en que aquí toda la economía se centra en dinero, nada de reputación o cosas por el estilo, y una vez que salgas del taller, sea de día o de noche, el dinero que ganes solo vas a poder conservarlo al regresar a tu garage. Tras cada carrera, el nivel de búsqueda de la policía se va incrementando y de ser capturado, vas a perder todo el efectivo de la sesión. Este sistema de riesgo y recompensa funciona bien para hacer las cosas más interesantes, y sin dudas, cuando andas dando vueltas con más de 5 dígitos encima, el stress por librarte de la policía no es menor.

La policía, es implacable. Como positivo, podemos decir que las diferencias en los niveles de búsqueda son notorias. Al principio, es más que simple evitar a la policía pero ya en el segundo o tercer nivel, escapar no es trivial. Cuando te persiguen camionetas pesadas, Corvettes, helicópteros y te tiran barricadas por todos lados, la sensación es que tenés todas las de perder, y muchas veces es así. Lo malo de este aspecto, es que, al ser la progresión tan lenta, perder tu botín tiene un buen impacto en tu semana.

Lo otro que resulta divisivo es el modelo de manejo. Nosotros nos declaramos fanáticos del enfoque de Forza Horizon, tanto por lo fácil que se siente, lo accesible, así como las sensaciones que transmite. De NFS: Unbound no podemos decir lo mismo, al menos en cuanto a lo accesible y rápido que te acostumbras a su enfoque. Después de varias carreras y deambular un buen rato por la ciudad, logramos encontrarle la vuelta para sentirnos realmente cómodos y no sorprendernos de algunas reacciones del auto, pero no nos termina de convencer por completo. Derrapar especialmente es algo impredecible, es fácil hacerlo, pero más fácil es perder el control sin un aviso previo. Más extraño es que visualmente esto parece suceder en cámara lenta a baja velocidad, transmitiendo a veces que en lugar de un auto estás doblando con un autobús. La buena noticia es que la personalización y las mejoras que podés hacerle a tu auto, preparándolo para doblar sin derrapar, ayudan, pero por defecto, las sensaciones podrían ser mejores.

Si estás dispuesto a tenerle algo de paciencia, intercambiando gratificación inmediata por una sensación de progreso duro pero palpable, Need for Speed: Unbound te va a parecer un gran regreso para una de las franquicias más queridas de la historia. Visualmente excelente y entretenido, arriesgándose a salirse del molde, Criterion dio un paso en la dirección correcta para retornar al podio de los juegos arcade de carreras, aunque todavía no le alcanza para lograr un primer puesto.