Medal of Honor: Above and Beyond, nuestro review

Medal of Honor no solo hace su regreso después de varios años sino que lo hace apostando por la realidad virtual. Jugamos Above and Beyond de punta a punta y te contamos lo que nos pareció.

El desembarco de la pionera de las grandes franquicias de shooters militares en la realidad virtual es algo que solo puede alegrarnos. Cada día hay más experiencias para este medio que está en su infancia, tratando de encontrar qué funciona y qué no, pero pocas podrían considerarse AAA. Medal of Honor: Above and Beyond es una de esas, con la fuerza de EA atrás y en las manos de Respawn Entertainment, un estudio que tiene sus raíces en el mismo Medal of Honor y que nos trajo buenos títulos como Titanfall. La gran pregunta es si este primer intento en realidad virtual está a la altura de las expectativas. La respuesta no es tan simple…

Hablemos del singleplayer

Vamos a tratar de decirlo sin dar muchas vueltas. Above and Beyond es un buen juego que busca priorizar el confort de un público que está descubriendo la realidad virtual por sobre una experiencia más inmersiva, algo que termina dañando el resultado final sin que esto lo haga un mal título.

Como mencionamos al principio, al momento en que comenzó el desarrollo del juego, nadie sabía qué funcionaba y qué no en este medio, había más incógnitas que certezas, incluso hoy las sigue habiendo. Hasta hace relativamente poco, hubiésemos dicho que Above and Beyond era un gran juego VR, pero como es de esperar en un medio que anda creciendo rápidamente, la altura de la vara cambia en poco tiempo.

En el evento previo al lanzamiento donde pudimos escuchar y hacerle algunas preguntas a Peter Hirschman, el director del juego, nos contaba que se había buscado generar breves períodos de juego, claramente segmentados, donde el jugador pueda optar por hacer una pausa y descansar. Esto puede ser amigable para alguien que ha jugado poco o nada en realidad virtual, pero perjudica la experiencia, interrumpiendo el flujo natural del juego y rompiendo la inmersión, que es justamente uno de los grandes beneficios de jugar en VR. La inmersión da esos momentos mágicos en los que te sentís dentro del juego, en otro mundo, siendo el personaje y no un simple titiretero. La inmersión es en gran parte mucho de lo que te invita a seguir jugando, a no querer sacarte el casco.

Si esas segmentaciones solo buscasen dar espacios de descanso, hubiese alcanzado con un buen sistema de checkpoints por ejemplo, pero lamentablemente esto no es así, ya que se termina acentuando debido a que Above and Beyond está formado por escenas separadas con transiciones muy bruscas. Cuando el juego quiere pasar de la acción a los diálogos te pide acercarte a ciertos lugares, o simplemente te teletransporta, hace un fade-out de la escena y un fade-in a otra donde congela tu posición y elimina la sensación de "estar ahí".

Las comparaciones son odiosas pero necesarias. El 23 de marzo de 2020 se produjo un hito en la industria con el lanzamiento de Half-Life: Alyx. Aunque las mecánicas no fueron revolucionarias, la experiencia que fue capaz de transmitir cambió todo lo que esperamos de un título de realidad virtual. No se puede discutir que Alyx y Above and Beyond buscan hacer cosas diferentes, pero al final del día quieren hacerte sentir el protagonista de una historia. El primero es un ejemplo magistral, el segundo tiene buenas ideas, buenos momentos, pero están hilados de una forma que hace sentirlas como situaciones aisladas, autocontenidas, en algunos momentos como si se tratase de mini juegos dentro de un gran título.

Medal of Honor sobresale en varios aspectos fundamentales para el género. La sensación al disparar o recargar las armas es excelente - a excepción de los rifles de francotirador. La escala de todo y lo diminuto que te sentís al lado de un imponente tanque Sherman o del cañon Dora. La sensación que sentís al caminar al lado de un bombardero B-17 o ver la flota aliada rumbo a las playas de Normandía. Todo eso transforma la experiencia que veíamos en nuestras pantallas con otros juegos que representaban la terrible Segunda Guerra.

Donde el juego falla es en que esa gran escala no es siempre acompañada por la escala de los enfrentamientos. La cantidad de soldados con la que peleas, sean a tu lado o del bando contrario, no suelen ser más que cinco en simutáneo. Esto probablemente esté motivado por cuestiones de limitaciones de recursos, y ya de por sí el juego tiene requerimientos de hardware muy altos, algo que hablaremos en un sección aparte, pero se siente raro sobrevivir el desembarco en Omaha para encontrarte con un puñado de enemigos en los bunkers, o unos pocos solados cuidando un cañón ferroviario que necesitaba cientos de personas para operarse y que cinco minutos antes te habían dicho que estaba aniquilando tus tanques y no había forma de acercarse en gran número sin ser detectados.

El juego se divide en seis misiones, que toman unas 10 horas para terminar, donde vas a encontrar todo tipo de escenarios, recorriendo Europa y el norte de Africa, desde los verdes campos franceses hasta la densa nieve en Noruega. Vas a poder tener enfrentamientos en espacios abiertos o claustrofóbicos bunkers, defenderte de oleadas de aviones Messerschmitt Bf 109 de la Luftwaffe a bordo de un bombardero B-17, perseguir en moto a un tren para poder abordarlo y acabar con todos los Nazis en él, revivir el desembarco del día D, comandar un tanque Sherman o adentrarte en territorio enemigo mientras esquías. Variedad no es algo que falta en Above and Beyond! Aunque al comienzo del juego todo sea muy breve y con enfrentamientos simples, el juego rápidamente toma un mejor ritmo.

Para cerrar nuestras opiniones sobre el singleplayer, hay que retomar la pregunta con la que abrimos la reseña. ¿Está a la altura de las expectativas? Nosotros tuvimos una buena experiencia en general, pero no podemos dejar de pensar que está lejos de lograr la inmersión que esperábamos encontrar en un juego de semejante producción. Lo que si esperamos es que no sea la última entrega de la saga en este nuevo medio. Above and Beyond no será perfecto, pero tiene las bases para ser magnífico con algunos ajustes y aprendizajes de este primer intento en un medio en el que no está dicho.

Galeria: No todo es entreteminiento

Algo que ha caracterizado siempre a Medal of Honor es su intento de no solo entretener sino educar. El primer juego incluía unos breves segmentos de material histórico entre misiones, a modo de documentales, pero las limitaciones de la época no dejaban hacer mucho más. Con Above and Beyond, EA da un paso importante con la Galería.

Incluido con el juego vamos a tener acceso a varias entrevistas a veteranos de guerra de ambos lados y de la resistencia francesa, así como videos 360 de los lugares de importantes eventos de la Segunda Guerra, que se irán desbloqueando a medida que avanzamos en la campaña.

Estas emotivas historias ayudan a no olvidar lo sucedido, a aprender de nuestro pasado, y están realizadas con una buena producción y respeto. Probablemente te sorprenda el contraste en estos dos aspectos del juego, su lado sombrío de un evento trágico y el entretenimiento con varias escenas que buscan ser graciosas durante el juego, pero no es algo nuevo y es algo que ya los productores a lo largo de la saga aclararon muchas veces.

EA le dio un enfoque bastante diferente a los últimos dos Battlefield, la otra gran franquicia militar que posee, donde la sensación que nos dejaron al jugarlos fue que no se vanagloriaba a la guerra, algo que nos hace pensar que para una próxima entrega de Medal of Honor, ese enfoque podría funcionar mejor que el actual.

¿Y el multiplayer?

Este aspecto del juego, del que ya hablamos en nuestro preview, merece un artículo aparte por dos motivos. El primero es que creemos que puede inclinar la balanza a favor del juego, y se merece contar en detalle lo que brinda, pero aunque pudimos jugar unas pocas rondas con los miembros de otros sitios de prensa, preferimos esperar a probarlo en mayor profundidad una vez que esté lanzado oficialmente y con mayor público. 

La otra razón es que el modo multiplayer es bastante más exigente para el hardware, algo que termina influyendo mucho en la experiencia y no creemos que sea justo dar impresiones sin cumplir los requisitos solicitados por el juego. La buena noticia es que estamos recibiendo en muy poco tiempo una de las nuevas nVidia serie 30x0 que promete hacernos olvidar de esos problemas.

 

 

Notas sobre requerimientos de hardware y ajustes gráficos

Existe un tema no menor que vale la pena mencionar si estás pensando comprar este juego y es que los requisitos de hardware son excepcionalmente altos. Aunque a simple vista los gráficos parezcan modestos para lo que hoy estamos acostumbrados, para una buena experiencia Oculus dice que deberías tener un procesador Intel i7 9700K o similar, 16 Gb de RAM DDR4 y una nVidia RTX 2080

Sorprenden realmente estos requisitos, pero más preocupan en cómo puedan afectar las ventas del juego y por consiguiente la posibilidad de tener partidas multiplayer con una buena cantidad de jugadores. Para que tengan una referencia, según el último relevamiento de Steam, la cantidad de gente que tiene una nVidia 2080 o mejor no llega al 4% de la base, de esos, cuántos pueden tener un casco de realidad virtual?

La comparación obligatoria con otras referencias hacen mirar a Half-Life: Alyx o Asgard’s Wrath, que corren perfecto con una “modesta” nVidia 1070. Puede ser un problema de optimización y sinceramente ojalá sea el caso, ya que podríamos ver que estos requisitos se reduzcan en el futuro.

¿Funciona el juego en sistemas menos potentes? Sí, pero no siempre de forma óptima. Nosotros lo estamos jugando en un Ryzen 5 3600 con 16 Gb de DDR4 3200 y una nVidia 1660 Super. El modo singleplayer funciona bien el 90% del tiempo en la mejor calidad aunque en la última misión el framerate es bastante irregular, en esecial al usar un rifle de francotirador. En multiplayer, la experiencia es peor, y el stuttering mucho más frecuente.

Lo primero que viene a la mente es cambiar ciertos ajustes gráficos para que la experiencia sea mejor, pero les tenemos malas noticias respecto a esto. Lo único que se permite ajustar es la resolución del juego, cambiando entre bajo, medio, alto y automático. Como les mencionaba, la campaña se puede jugar en alto sin problemas con algún ocasional parpadeo. En calidad media, los textos no son muy legibles pero se puede apuntar con las armas sin grandes problemas, aunque parece que estuviésemos jugando en un televisor SD. La calidad baja directamente se ve horrible.