Mass Effect Legendary Edition

Esta re-edición trae muchas mejoras, especialmente para el primer juego, que nos da una nueva oportunidad de disfrutar esta épica ópera espacial. Te contamos qué la hizo tan especial y porqué es un RPG fundamental.

Por más que pase el tiempo, mi película favorita de todos los tiempos sigue siendo 2001: Odisea del Espacio, así que se imaginarán que cuando salió Mass Effect mi emoción era suprema. Era Noviembre de 2007 cuando me senté frente a mi Xbox 360, puse el disco y me preparé para disfrutar de uno de los pocos RPGs de ciencia ficción “tradicional” por así decirlo, sin steampunk ni mundos arrasados y estancados en el pasado.

Recuerdo esos primeros segundos, con un cut-scene casi mágico, que te hace sentar en la punta del asiento y te dice que la aventura será épica. Y Mass Effect no defraudó, con errores y todo, era algo único. Muchas veces se lo ha definido como una space-opera, y esa descripción le queda muy bien. 

Cuando EA, que compró Bioware un mes antes del lanzamiento de la saga, anunció que estaban por relanzar la trilogía, me alegré por varios motivos. El primero fue la esperanza de un remake completo del uno, el segundo fue porque finalmente tenía la excusa perfecta para rejugarlos de punta a punta, algo que no logré hacer con los originales.

Aunque el balance era positivo, el primer Mass Effect me terminó frustrando y lo abandoné. Las misiones con el tan odiado Mako, el vehículo con el que exploras diferentes planetas, y un gunplay mediocre me terminaron de alejar del título. El segundo juego mejoró todo lo que pedíamos y solo por eso, esperaba un remake completo para ponerlo a la altura de las otras entregas. Aunque finalmente lo que obtuvimos fue un remaster, los cambios son tantos y certeros que el juego se siente mucho mejor que el original.

No los voy a aburrir con los cambios técnicos del juego, pero les hago el resumen de lo relevante: mejoraron más de 30.000 texturas para soportar resoluciones 4K, unificaron los modelos y modernizaron las herramientas para que los artistas pudiesen actualizar todos los juegos, se rehízo completamente la iluminación y con esto mejoraron considerablemente la ambientación, se implementaron mejores shaders para piel y pelo y se rehicieron o reescalaron los cutscenes del juego.

Todo eso es excelente, pero vayamos a lo realmente importante. Mass Effect 1 era el más necesitado de cambios que fuesen más allá de lo estético, y los recibió. Aunque las misiones secundarias que lo involucran me parecen tediosas, genéricas y largas, los controles y la sensación de manejo del Mako fueron infinitamente mejorados, solo con eso te aconsejaría pagar esta nueva edición! Adicional a esto, el sistema de disparos y cover fue aproximado bastante al de los otros juegos, haciéndolo menos frustrante pero para los que jugaron el original, tienen que saber que la dificultad se vio disminuida, porque adonde apuntas es donde disparas y nada impide que arranques usando un rifle de francotirador y transformando los enfrentamientos en algo bastante fácil de superar. El cover sigue siendo automático, algo que puede molestarle a algunos, pero comparado con el original, este Mass Effect es un placer de jugar, pudiéndote concentrar en la buena historia más que en ciertas dinámicas mal implementadas.

Aunque hayas escuchado críticas del primer juego de la saga o recomendaciones para saltarlo y empezar en el segundo, te recomendaría que no lo hagas. Cada juego hace algo mejor que el otro, pero también pierden de cierta manera. Para mi gusto, el primero es magistral en cómo te presenta el mundo, a sus personajes y es una experiencia necesaria para apreciar toda la serie que es tan especial.

¿Qué lo hace especial? Son muchas cosas, pero personalmente tengo que destacar cómo todo se siente realmente como una única historia, pero lo mejor, es que es TU historia. Las decisiones que vas tomando en el juego realmente afectan tu experiencia a lo largo de los tres juegos si vas importando los savegames de un título a otro. Cosas a las que no le prestaste demasiada atención en el primer juego pueden venir a sorprenderte en el tercero. Si decidís tener romances, si perdonas o no a ciertos personajes, si decidís aniquilar a toda una civilización, no son decisiones aisladas, son decisiones que le darán forma a tu experiencia. Miles de juegos se jactan de esto, pocos realmente lo logran, Mass Effect es un gran ejemplo de estos últimos.

Les voy a dar un ejemplo, que es también una muestra de cómo el juego te pone en situaciones de esas en las que no es fácil elegir, de esas que sabes que no hay respuesta correcta. Buscando encontrar pistas para determinar el paradero del malo del juego, terminas en un laboratorio donde han recuperado una especie extinta, responsable de una terrible masacre hace miles de años. La reina de esta especie arácnida logra comunicarse con Shepard y el diálogo te muestra su lado de la historia de los hechos y es ahí cuando el juego te plantea dejarla escapar, pudiendo poner en peligro a toda la galaxia, o básicamente hacer un genocidio y acabar para siempre esa especie. El dilema moral es uno de los tantos que te va a plantear Bioware en la saga, y las consecuencias de esa elección las podrás ver en el último juego. En varias oportunidades, te vas a sentir como si te estuviesen haciendo resolver el dilema del tranvía o un test de litmus.

Llevo más de 20 horas de este remaster y lo estoy disfrutando más que nunca aunque muestre sus años en ciertos aspectos. Si quieren probar un RPG de ciencia ficción sobresaliente, Mass Effect es una apuesta segura, y la Legendary Edition es la mejor forma de jugarlo.