Jusant: nuestra reseña
El nuevo juego de Don't Nod nos invita a una aventura relajada, con una historia que iremos descubriendo paso a paso mientras escalamos una desolada torre. Jousant llega hoy a Gamepass y ya lo jugamos, esta es nuestra reseña.
El estudio francés Don’t Nod, creadores de la aventura gráfica Life is Stange, decidieron hacer un cambio radical de género para traernos un juego diferente. Jusant es por sobre todo un juego que invita a la reflexión, uno para relajarse un rato, para explorar. Aquí no hay enemigos, no hay acción desenfrenada ni puzles complicados. El juego centra su acción en la escalada, con puzles de plataformas y varias dinámicas del entorno que le dan variedad a tu camino hacia la cima.
Jusant no nos dice mucho del porqué de nuestro viaje, solo nos presenta a nuestro joven personaje atravesando un desierto para llegar al pie de una “torre” que deberá escalar. Cuesta definir como llamarla realmente, podríamos decir que es una montaña, con una forma bastante particular, en la que se estableció una ciudad enorme, pero usaremos torre que es tal vez lo que más la representa.
En este mundo, que no sabemos si se encontraba en declive o floreciendo, vemos restos de embarcaciones que navegaban por grandes océanos, pero que ahora descansan en la arena. A medida que subimos por esta torre, que en algún momento estaba llena de vida, iremos encontrando notas y pistas que nos harán entender el motivo de nuestra aventura, de la historia que Don’t Nod quiere contar. También encontrarás caracoles que, como todo niño, puedes ponerte al oído, para escuchar los sonidos de esta ciudad desierta, sonidos del pasado, de agua, de movimiento.
Si bien todo es desolación en el vacío mundo de Jusant, no estamos del todo solos. Una pequeña criatura de agua, que vive en nuestra mochila, nos acompañará con sus poderes resonantes, que el juego utiliza para presentarte diferentes mecánicas en la escalada. El efecto de resonancia permitirá hacer crecer plantas que te dan puntos de sujeción, aunque algunas desaparecen rápidamente por el fuerte sol, así como congelar por unos segundos a los pequeños animales de forma de roca que trepan por las paredes de la torre, y que podemos usar como puntos de apoyo.
La dinámica para trepar nos recordó mucho a la usada por el fantástico Grow Home, donde tienes que usar los gatillos del control para simular el agarre de cada mano de tu personaje. Esto, sumado a un sistema de stamina, similar a la de los últimos Zelda, te obliga a tomar descansos y elegir donde poner alguno de los tres puntos de anclaje adicionales que sirven a modo de checkpoint, para retomar tu camino después de un error. Aquí no hay forma de morir, no hay pantalla de game over, en el peor escenario, donde caigas por un salto mal calculado o por agotamiento, el último anclaje te salvará y te permitirá volver a intentar tu ascenso.
Las anclajes, además de funcionar como puntos de progreso, sirven para balancearte y alcanzar plataformas o para descender a lugares que parecían fuera de tu alcance. Por más que siempre se trata de escalar, Don’t Nod va agregando complicaciones a medida que subes para que el camino sea interesante, sin llegar nunca a ser frustrante. El espíritu de tranquilidad y exploración, se mantienen a lo largo del juego.
Hablando de checkpoint, hay que mencionar algo que nos confundió un poco. No es posible guardar el progreso de forma manual, y por más que vimos en pantalla el símbolo de autoguardado, en varias oportunidades al salir del juego y volver a empezar, nos encontramos en un punto anterior de la torre.
El juego está dividido en seis capítulos, el último es breve ya que funciona a modo de cierre de la historia, pero es una lástima que el quinto sea tan corto comparado con los anteriores. Presenta una nueva dinámica, el viento, y un cambio de ambiente interesante del que esperábamos más desafíos.
El estilo del juego probablemente no resuene con personas que esperan un sentido de progreso constante y gratificaciones inmediatas, en Jousant el ritmo es lento y la historia se va armando con pequeñas notas esparcidas por todo el recorrido. Don’t Nod no te da muchas pistas ni te lleva de la mano en el recorrido, por más que tu compañero pueda darte orientaciones generales de por donde seguir tu escalada, este es un juego para hacer a tu ritmo, explorando recovecos, sin esperar como recompensa cofres con ítems o cualquier otra cosa que altere la experiencia.
Jousant es un juego para desenchufarse, para reflexionar, para disfrutar a otro ritmo. Si andás necesitando una experiencia de este estilo, no dejes de intentar escalar la torre desolada para conocer sus secretos y el motivo de tu viaje. El juego está disponible desde su lanzamiento en Game Pass, por lo que si tenés el servicio, te recomendamos darle una oportunidad!