Nada que perdonar

Forgive Me Father es un FPS que nos muestra que la tradicional fórmula de los FPS sigue funcionando a la perfección hoy en día. Con un estilo visual y música fantástica y elementos que lo diferencian, es un buen título a jugar.

A medida que los FPS fueron evolucionando, se volvieron más complejos, más detallados y mejores en muchos aspectos. Pero dentro de esa evolución, se perdió la velocidad, el desenfreno y la poca seriedad que muchos de los títulos que definieron el género trajeron a la mesa. De alguna manera, se perdió algo de diversión. Desde hace un tiempo, han habido buenos ejemplos de juegos que buscan retomar ese camino y Forgive Me Father es uno de ellos.

La creación de Byte Barrel toma la esencia de la fórmula de Doom, añade elementos propios y se inspira en la mitología de H.P. Lovecraft para armar un FPS rápido, divertido y con un estilo visual más que interesante.

Este FPS es 2.5D, es decir, sus niveles son 3D pero todos los enemigos y tu personaje están hechos en 2D. El arte 2D es excelente, dibujados a mano con un estilo que asemeja al de un comic, que al ser mezclado con la buena iluminación de los niveles brinda una muy buena ambientación y es sin duda uno de los mejores aspectos del juego junto con la música, que le hace perfecta justicia a los juegos de la época que inspiraron a Forgive Me Father.

El otro punto fuerte es la acción, rápida y daría la impresión que con hitboxes grandes, que hacen que la experiencia sea bastante balanceada. Es un juego difícil, por diseño y por algunas decisiones algo cuestionables tal vez, pero te da herramientas para que no llegues a frustrarte. ¿Qué cuestionamos? Encontramos que la forma de ubicar ciertos enemigos hace que sea casi imposible evitar un primer golpe, más porque no es tan evidente que te han visto, y cuando se junta una multitud es como que todos corren hacia ti afectando un poco la dinámica del shooter y hace que sea común que te acorralen y pierdas. Otra cosa que ayudaría es mejorar un poco el feedback visual al acertar los tiros.

Forgive Me Father no se queda en ser un FPS retro, básico, sino que agrega elementos adicionales para hacer la aventura más interesante. Vas a poder elegir entre dos diferentes personajes, un cura que se adapta mejor a alguien que es relativamente más cauto o una periodista que es ideal para los que van para adelante sin detenerse nunca. Ambos tienen un árbol de habilidades que te va a permitir mejorar armas, habilitar el dual wield, acelerar el proceso en el que consigues experiencia o ajustar el estilo de juego a tus puntos fuertes. Como si fuese poco todo esto, como un buen juego que se inspira en Lovecraft, hay algo de locura metida en todo esto. Tu personaje, a medida que causa daño en sus enemigos, irá llenando una barra de locura, que te deja hacer más daño o te permite gastarla en otras cosas de forma dinámica, por ejemplo, sacando un crucifijo que te da vida, o volviéndote invencible por un período corto de tiempo.

Los puntos a mejorar no opacan el mejor logro del juego y es que es simplemente divertido, haciéndole honor a los juegos clásicos y aportando cambios a la fórmula más tradicional. Forgive me Father se ve y escucha fantástico, es rápido, demandante y variado, justo lo que necesitamos para recordar que aunque los FPS han evolucionado, queda mucho para disfrutar en el estilo original que arrancó el género.