Elden Ring: cambiar para mejorar

¿Hay forma que este nuevo título de From Software supere las enormes expectativas que ha generado? Te lo contamos en nuestro review.

Los juegos de From Software, que le dieron nombre a todo un género, siempre se construyeron sobre varios pilares inamovibles. Aunque la alta dificultad es probablemente lo que la mayoría de la gente nombra primero al describirlos, hay muchas otras cosas que hacen a la franquicia tan reconocible. En un Souls, los enemigos aparecen siempre en el mismo lugar y tienen un par de ataques y patrones reconocibles que serán clave que aprendas para derrotarlos, los niveles tienen un diseño magistral, donde no hay mapas sino que están hechos para premiar la exploración, usando todo tipo de trucos para captar tu atención y guiarte en el camino correcto. En ese camino, iremos conociendo su historia, que nunca es completa, para que seamos nosotros los que rellenemos esos huecos.

Elden Ring, a su manera, mantiene todos esos elementos, los ajusta a su estilo y agrega muchos otros más para transformarlo en una experiencia única pero una reconocible, familiar, para los que ya han transitado los mundos creados por Miyazaki.

Cuando alguien nos habla de un juego de mundo abierto, es casi inevitable pensar en un mundo “vivo”, donde muchos personajes hacen su vida, tienen sus rutinas, donde hay tráfico en los caminos y pueden suceder un montón de situaciones imprevistas gracias a esto. Elden Ring es un juego de mundo abierto en el sentido que tenemos una mayor libertad de elegir el orden de nuestro camino, qué explorar, pero aunque alguna caravana pueda darte la sensación de un mundo que funciona a su manera, es uno donde la tradicional estructura de los Souls se impone. En Lands Between, el lugar donde transcurre el juego, te vas a encontrar enemigos parados en los mismos lugares, atajos para que el camino a los jefes sea más rápido, ítems que buscan tentarte y desviarte del camino evidente y todo lo que esperarías ver en un juego como Dark Souls. En su esencia, este sigue siendo un Souls.

La fórmula que les da esa identidad no solo se mantiene sino que evoluciona. From Software ha tomado diferentes aspectos y dinámicas de cada entrega para traernos su nueva visión del género. De Dark Souls 2 hacen su regreso las Pharos Lockstones, ahora en forma de llaves. De Dark Souls 3 se tomó la velocidad de los combates, la posibilidad de elegir como distribuyes tus estus entre vida y magia y la posibilidad de recuperar algún estus consumido. Sekiro aporta el sigilo y la verticalidad. De Bloodborne se mantienen los ataques viscerales.

A esta sólida base, se le suma un ciclo de noche y día, que da lugar a ciertos eventos y presencias de enemigos que son únicos en función del momento del día, un mapa, un sistema de crafteo con recetas, un estus personalizable con distintos efectos, saltos, invocación de espíriturs para que peleen a tu lado, un caballo que te ayudará a trasladarte rápidamente por el mundo o subir a lugares inaccesibles a pie, peleas entre distintos bandos y mil detalles más que para no arruinarte la sorpresa prefiero no contar. Solo diré que hay muchas cosas fantásticas que iremos descubriendo a medida que avanzas en el juego que hacen de Elden Ring de las mejores entregas hasta ahora. Con todas estas adiciones, este es el título que más se acerca a un tradicional RPG.

Al pensar en lo que más he disfrutado hasta ahora de Elden Ring lo primero que se me viene a la mente es la exploración. Aunque lo que te atrape sean las peleas y el gran desafío, este es uno de los mejores aspectos del juego. Lands Between está repleto de diferentes áreas, NPCs, cuevas, aldeas y campamentos para descubrir, con tesoros, trampas y jefes a derrotar. Para hacer las cosas más interesantes, dispersos en el mundo hay varios vendedores que tienen disponibles notas con pistas donde encontrarás ítems importantes y hay ciertas pinturas que te muestran paisajes que no son más que referencias a lugares donde obtendrás hechizos y más ítems poderosos.

Visualmente y en cuanto al diseño y ambientación, Lands Between es un mundo fantástico y variado, que puede ser radicalmente diferente en poca distancia y que se guarda muchas sorpresas. Cavernas, costas, campos abiertos, castillos o el inevitable pantano, todos son atrapantes.

¿Qué cambiaría de la experiencia? Lo único relevante que se me viene a la cabeza es que ya es hora que exista un verdadero modo cooperativo. Hay gente que ve a este modo como la ayuda necesaria para derrotar a ese jefe que te tiene trabado, pero aquí las cosas son diferentes. La experiencia de explorar este mundo con un amigo fue fantástica, encontrando nuevos enemigos, descubriendo dinámicas y atacando caravanas. El problema es que en este modo, el objetivo de tu colaboración que establece el juego es el de siempre, acabar con el jefe del área. 

El progreso que hagas en el mundo de otra persona no se traslada al tuyo, aunque sí vas a encontrar drops y elementos para crafting, no vas a poder activar bonfires ni obtener los ítems fijos del mundo. Es más, al estar atrapado dentro de un área específica, un fog wall evitará que te adentres a una caverna a explorar o pases de un sector del mapa a otro. Estos sectores son enormes y hay mucho por hacer y descubrir, pero si lo que buscas es avanzar en el juego de forma conjunta, básicamente vas a tener que jugarlo dos veces, una vez en tu mundo y otra en la de tu amigo, algo que nos encontramos haciendo varias veces sin problemas, porque la experiencia es simplemente excelente y hacer dos runs en un Souls ya es algo cotidiano. Un modo cooperativo abre otras estrategias y posibilidades, en nuestro caso, mi personaje enfocado en melee se complementaba perfectamente con el de mi amigo centrado en magia, juntos éramos letales, bueno, no siempre, pero nos divertimos mucho intentando serlo. Poder jugar Elden Ring en equipo, de punta a punta, sería perfecto. La buena noticia es que hoy, aunque pueda ser algo tedioso, hay formas de lograrlo y vale la pena.

Conclusiones

From Software no buscó hacer un Souls más, ha construido sobre la sólida base que le han dado todos sus anteriores juegos, agregando nuevas y buenas dinámicas que solo han mejorado la fórmula que definió todo un género. Elden Ring presenta un mundo maravilloso, enorme, del que después de más de 30 horas solo siento que he visto una fracción. Miyazaki logró algo muy difícil, no solo sobrevivió al hype extremo al que lo sometimos sino que superó mis expectativas. Elden Ring es una obra maestra.