Modern Warfare II: sin miedo a probar cosas nuevas

Activision tomó la buena decisión de habilitar de forma anticipada la campaña singleplayer de CoD. Este año se anima a presentar misiones muy diferentes a las tradicionales de la saga. ¿Acierta con los cambios? ¡Te lo contamos!

Call of Duty es una saga casi eterna, que nos tiene acostumbrados a lanzamientos anuales donde nunca falta diversión en su modo multiplayer, con amantes y detractores de los cambios entre cada versión. El modo singleplayer, para muchos, pasa casi desapercibido por la euforia del modo online, pero este año, Activision hizo una movida interesante, dejando jugar al modo singleplayer de forma anticipada, dando tiempo a disfrutarlo, criticarlo y por sobre todo, hacerlo notar.

Ya no es novedad decirlo, pero Activision ha decidido incorporar al menos una misión algo diferente en cada nueva campaña y la de este año sea probablemente la que más se arriesga. Independientemente si te gusten o no estas misiones, nosotros festejamos que se animen a probar cosas diferentes, aunque no todos los cambios nos parezcan acertados. Aplaudimos que no haya miedo de alejarse un poco de la fórmula hiper tradicional por la que la saga es conocida. Es la manera de crecer, de mejorar, aunque en el camino haya tropiezos.

Este año, el juego no nos trae las escenas de acción completamente fuera de escala, con más explosiones dignas de Hollywood por minuto que cualquier película de Michael Bay, sino que baja un poco el ritmo tratando de concentrarse un poco en los personajes, viejos y nuevos. Esto no significa que sea un juego de sigilo o lento, el gunplay sigue siendo tan bueno como siempre, hay misiones de persecución de autos muy al estilo Uncharted que suman y momentos de buena acción, pero tienen más peso que nunca misiones más lentas.

Cuando jugamos Modern Warfare (2019) alabamos cómo el juego brillaba en los momentos más lentos. Este año, este tipo de misiones se multiplica, pero en algunas de ellas el balance no es el mismo que lograron antes, encontrándonos en ocasiones con misiones demasiado largas donde empezamos querer volver a la acción más tradicional. Otro aspecto que incorpora en diferentes oportunidades es un sistema de crafteo, al mejor estilo The Last of Us, donde mientras evades enemigos vas a tener que ir buscando metales, alcohol, adhesivos y otras cosas para poder elaborar bombas caseras o elementos que te permitan abrir puertas que frenan tu progreso en el nivel.

Personalmente, estas misiones fueron de las que menos nos gustaron, no tanto por el enfoque sino porque palidecen en comparación con las que experimentamos en The Last of Us 2, y para hacer algo a medias en cuanto a sigilo y evasión, tal vez era mejor probar otra cosa.

Técnicamente, es simplemente impresionante lo que Call of Duty es capaz de mostrar. El nivel de presupuesto que manejan se hace notar a lo largo de todo el juego, pero está simplemente a otro nivel cuando deambulamos por las calles de Amsterdam. El nivel de detalle, la iluminación, todo parece perfecto. Probablemente es lo más cercano que hemos tenido a fotorealismo en un juego corriendo en tiempo real. En otras misiones, donde la acción está en su pico, el juego nunca decepciona, con una buena performance y gráficos excelentes.

Esta secuela nos vuelve a traer a la Task Force 141, con los conocidos de siempre. El Capitán Price, Ghost, Gaz, y Soap hacen su retorno en esta secuela, junto a algunas apariciones de viejos conocidos. Se suman también nuevos personajes, como Alejandro Vargas, Phillip Graves, nuestro principal enemigo el Mayor Hassan Zyani y “El Sin Nombre” (un buen personaje que no te vamos a spoilear de quién se trata, solo diremos que está muy bien representado). A medida que vamos avanzando en las misiones, visitaremos México, Amsterdam, Chicago y lugares ficticios, como Urzikstan o Al Mazrah. Este último no solo juega un rol en la campaña sino que será el punto de partida de Warzone 2.0.

Después de unas 6 horas que la campaña tarda en completarse, con dos interesantes escenas post-créditos que darán que hablar entre los fans, quedamos con una buena sensación, pero no podíamos dejar de sentir que la experiencia había sido irregular. No será la campaña más memorable de un Call of Duty, pero nos parece muy positivo que Activision no haya ido por lo seguro. Como todo cambio, habrá gente que adorará este enfoque y aunque nosotros no salimos convencidos del todo, aplaudimos el deseo de ofrecer algo diferente a las ya tradicionales historias singleplayer de Call of Duty.

 

Nota: lo que no cambia de la fórmula es que Call of Duty tiene un mensaje pro-guerra de alguna manera, con una fuerza internacional interviniendo en paises con los que no está en guerra, con decisiones más que cuestionables de los "buenos", tal como sucede en muchísimas de las películas de acción que consumimos. Para muchas personas, esto puede ser suficiente para que no les atraiga un juego así, y es válido, pero también es entretenimiento, y aunque no estemos de acuerdo en el mensaje indirecto, como al ver una película pochoclera, desconectamos un poco ese análisis para disfrutar de un juego de acción.