Dark Souls: Remastered, una pelea ineludible

Con el lanzamiento de Dark Souls Remastered algunos afortunados van a poder experimentar por primera vez un juego único, que definió un género. Te contamos qué es lo que lo hace tan especial (aparte de ser tan difícil).

Son muy pero muy pocos los juegos que pueden colgarse el título de haber definido por si solos un género.

Dark Souls es uno de esos pocos, al punto que apostaría que ya estás cansado (o no, depende cuánto te gustan los videojuegos) de leer reviews que llaman a un juego "el Dark Souls de" lo que sea. Con la salida del remaster - cosa de moda si las hay - del primer Dark Souls estuve recorriendo Lordran y me encontré tratando de poner en palabras por qué es un juego tan emblemático.

Lo primero que solemos leer es que es un juego muy difícil, cosa que efectivamente lo es, pero cuanto más lo juego, más creo que su principal atributo es un diseño sublime y su forma de contar historias.

Como pasa con otros muy buenos juegos, muchas veces hace falta volver a jugarlos con otros ojos para apreciar todos esos detalles que pasan desapercibidos y que hacen única la experiencia. Por ejemplo, cuando jugamos por primera vez no sabemos que muchas de las estructuras que vemos a lo lejos serán próximas áreas que vamos a visitar, podríamos creer que son solo objetos de fondo para lograr una mejor ambientación, pero no, esos castillos lúgubres estarán a nuestro alcance, solo que todavía no lo sabemos.

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De la misma forma, nos hacen creer que Dark Souls es un mundo abierto, que nos da varias opciones para elegir por dónde queremos empezar a recorrerlo, pero la realidad es que hay un solo camino posible para dar tus primeros pasos, salvo que que seas un alien jugándolo, eso si. Desde este primer punto, From Software empieza a mostrar otro de sus pilares. No te cuenta una historia, sino que empieza a darte pequeñas pistas para que trates de entenderla, si es que alguna vez podrás hacerlo...

El otro gran pilar es el diseño de los niveles. No hay otra forma de decirlo, es prácticamente perfecto. Desde como las áreas se interconectan hasta cómo te van dando pequeñas imágenes de los próximos niveles, pasando por las pequeñas sutilezas que te llaman la atención para llevarte por ciertos caminos y poder así mostrarte una pista, ya sea de una emboscada que viene o para ver un tesoro al que no va a ser fácil acceder.

En cualquier otro juego, consultaríamos el mapa y rápidamente trataríamos de acceder a esos lugares, pero no en DS. Parte de la magia es que no hay mapas. Vamos a ser nosotros en nuestras cabezas los que iremos haciendo esos mapas, aprendiendo como llegar de un lado a otro, encontrando atajos que se irán abriendo para acceder rápidamente a lugares que antes eran varios minutos de aventuras y enemigos.

Juego difícil pero que no cansa

Parte de ese aprendizaje viene dado por la dificultad del juego. A cada paso hay una trampa, una emboscada, que va a forzarte a que pienses bien lo que estás haciendo, a prestar atención, a no confiarte. Todo esto va a hacer que te conozcas todos los pasillos, todos los recovecos, tratando que nada te sorprenda. Y cuando lográs que nada te sorprenda pasa lo más increíble: el juego nunca te cansa.

A pesar que nada cambia de lugar, que llegás a conocer tan bien a tus enemigos que pueden volverse predecibles en sus movimientos, vas a querer seguir avanzando. Diría que la clave para lograr esto es que Dark Souls te hace sentir que siempre puede vencerte, aunque sepas lo que viene. El juego es difícil aunque no injusto pero si puede lograr frustrarte, o sino nómbrenme a Smough y Ornstein, responsables del 99,9% de mis rage quit (una forma elegante de decir que tenés que tener mucho autocontrol para no tirar el gamepad contra el televisor) en juegos.

Uno de los secretos para empezar a disfrutar mucho más del juego es abandonar el miedo a perder tu progreso, a perder las preciadas souls que te dejarán nivelar. Dark Souls es difícil, pero es un juego que recompensa la perseverancia, el aprender los detalles. La frase “la práctica hace al maestro” le cae perfecto.

Para ayudarte en este aprendizaje está la comunidad, desde los que te pueden ayudar en cooperativo hasta las notas que van dejando en los niveles. Estas son muchas veces con buenos consejos y otras troleando con buenas frases o sobre pasadizos secretos e ilusiones que no lo son y recomendaciones para intentar saltos imposibles que te van a sacar una sonrisa. Esa interacción con otros jugadores es otro de los pequeños grandes detalles.

Si ponemos en papel muchas de las características de Dark Souls, especialmente el primero, la idea no debería funcionar bien, pero lo hace y eso lo transformó en un juego único que marcó un antes y un después.

¿Vale la pena no perderse nuevamente el tren?

Con el lanzamiento de Dark Souls: Remastered muchos nuevos jugadores que van a poder experimentar por primera vez lo que ya es un clásico para nosotros y tengo que reconocer que los envidio un poco, porque seguramente van a poder disfrutar – sí, usé es palabra – todo lo que hace a DS un título esencial en la mejor versión posible. From Software fue muy cuidadoso, no se cambia nada que lo definió, sino que se mejoraron la calidad de texturas y el framerate del juego en especial en zonas como Blighttown.

Así que si...

Si nunca tuviste la oportunidad de jugarlo o si no llegaste a terminarlo en su época, esta versión es sin dudas la mejor forma de hacerlo.