Spiderman: cuando la base es perfecta

Uno de los mejores juegos del 2018 le puede dar una lección magistral a más de uno en como concentrarse en lo más importante.

A esta altura quiero creer que no están esperando un review de Spiderman. Si lo necesitan, les ahorro un paso, sepan que es un juego brillante, al punto que sin importar si sos un fan o no de Peter Parker es una compra obligada. Es uno de los exclusivos de PS4 que al igual que God of War o The Last of Us en la generación pasada, son suficiente motivo para comprar una Playstation. Sony en esto de los exclusivos no para de meter goles y Spiderman es uno de media cancha.

Pero hoy, de la misma forma que lo hice cuando salió Shadow of the Colossus dando una clase magistral de cómo hacer un remake, voy a aprovechar a Spiderman para hablar de lo que para mí es la clave del éxito del juego y porqué todos deberían imitar lo que logró Insomniac Games.

El Hombre Araña es simplemente excelente porque sus mecánicas fundamentales lo son. Están tan bien diseñadas y logradas que todo fluye para crear una experiencia fuera de serie.

Si tratamos de llevar el juego a lo esencial, quedan dos pilares fundamentales. El primero son las peleas y el segundo es la marca registrada del personaje, el uso de su telaraña para trasladarse por toda NY.

¿Tiene este juego las mejores peleas? No, solo pensando en los juegos recientes diría que Kratos y su nueva hacha se sienten más viscerales, pero de la forma en que está implementado Spiderman, es perfecto para el personaje. La agilidad, la fluidez, los golpes característicos, la posibilidad de pegar a tus enemigos a una pared con tu telaraña, todo está ahí.

Ahora, donde pocos se le acercan, es en lo perfecto que se siente al desplazarte entre edificios. Aunque en algún punto del juego desbloqueas un fast travel – que te va a mostrar escenas geniales en el subte de NY – es tan genial ir columpiándote con tu telaraña que no vas a tener problema en ir de punta a punta de Manhattan buscando cuanta cosa te pidan. Con esa sensación, hasta buscaríamos las mil y una plumas de Assassin´s Creed con una sonrisa en la cara.

Estas dos cosas, y en especial la segunda, logran hacerte sentir el hombre araña. Así de fácil.

Han habido miles de juegos de superhéroes, pero pocos logran acertar tanto en lo que importa. Insomniac se saca un 10/10 en lo fundamental, que son las mecánicas básicas del personaje. En esto no importan presupuestos, esta es la clave que cualquier desarrollador necesita hacer bien.

Imagínense Super Meat Boy, Hollow Knight, Hotline Miami o Mario sin esos controles perfectos. Serían juegos frustrantes, juegos que simplemente se sienten mal, y una vez que estás en ese pozo, no importan los gráficos, la cantidad de horas que dura el juego o cualquier otra cosa que quieras destacar para tratar de salvar a juegos que simplemente no lograron construir algo sobre una base sólida.

Seamos sinceros, Spiderman no tiene la mejor historia y muchas de sus mecánicas de una forma u otras las hemos vistos en la saga de Batman de Rocksteady. Pero esto es hasta casi irrelevante, porque el juego se siente fantástico, porque te hace sentir Spiderman y porque está armado de una forma en que nunca querés dejar de jugarlo. Lo dije antes y lo repito, El Hombre Araña debería inspirar a muchos estudios, pequeños y grandes, a buscar perfeccionar las mecánicas de sus juegos, estas son las que definen en gran parte toda la experiencia.