realMyst: Masterpiece Edition

Probamos la versión de Switch de una aventura gráfica que marcó toda una época, que muestra que el juego sigue brindando una experiencia excelente, de la mano de grandes desafíos y más grandes satisfacciones.

Los que somos miembros del consejo de ancianos (TM), recordamos una época en los 90s donde en el mundo de las PCs hubo un salto tecnológico enorme, para el momento al menos. Me refiero al momento cuando dejamos de usar diskettes para adoptar los CDs. Parte de los artífices de impulsar esa migración fueron juegos y enciclopedias que venían incluidos en diversos kits junto a las lectoras. En mi caso, compré uno de Creative Labs que traía Full Throttle, Cyberia, Dark Forces y no sé cuántos juegos más, pero esa es otra historia. Si tuviese que mencionar dos títulos que a mí y muchos otros nos ayudaron a estar felices con la compra sin dudas tengo que nombrar dos aventuras gráficas que pasaron a ser grandes clásicos. The 7th Guest y Myst.

Así es, Myst salió en 1993 para Mac y un año después en PC, y hoy, 27 años después, llega por primera vez a la Nintendo Switch en la versión que conocimos por primera vez en 2014, realMyst: Masterpiece Edition. Esta ha sido la excusa perfecta por volver a las islas misteriosas de un juego que marcó toda una época y que pude disfrutar más que la primera vez, gracias a que mi mala memoria me hizo olvidar todos los puzles!

Como me pasó en su momento, a pesar de mis peleas con los controles, Myst es un juego que disfruté mucho, más de lo que esperaba después de tantos años. Para poder disfrutarlo, me animaría a decir que una de las claves es tener paciencia. Hoy en día no muchos juegos caminan por esa delgada línea que puede generar algo de frustración, pero Myst es de la época donde jugábamos con lápiz y papel, para ir tomando notas de las pistas que no siempre eran muy evidentes, yendo y viniendo entre diferentes puntos del mundo tratando de descifrar un acertijo que parecía imposible. Un buen detalle de la primera versión de este clásico era que traía en la caja una libreta en blanco para que la usaras en tus descubrimientos, invitándote a explorar un mundo que al principio no tenía ningún sentido.

¿Cómo que no tiene sentido? Sin dar (muchos) spoilers que te van a arruinar esos fantásticos momentos donde vas abriéndote paso en la historia, te puedo contar que empezás sin saber quién sos o por qué estás al lado de un barco hundido en una isla abandonada, llena de estructuras con varios mecanismos que vas a ir tratando de interpretar con las pistas que puedas ir recolectando. En Myst no hay tutoriales ni nadie te lleva de la mano, las otras claves, aparte de la paciencia, son la exploración y la observación! Mediante libros que funcionan como portales vas a poder visitar cinco islas, o épocas como se llaman en el juego, encontrando en ellas más piezas del rompecabezas para comprender la historia que cuenta con cuatro posibles finales, por lo que ofrece algo de rejugabilidad.

Uno de los puntos que más disfruté de Myst es que es, sin dudas, un juego difícil. Sin desmerecer a otros juegos, tengo que avisarte que no esperes encontrar un walking simulator o puzles simples que están ahí solo para los intermedios mientras te cuentan una historia. La ventaja de esa dificultad es que al resolver un acertijo realmente vas a sentír una gran satisfacción al haber ido hilando las pistas para poder abrirte paso. Un consejo, hay ciertos puzles que no son realmente tan rebuscados, a veces nosotros terminamos pensando que todo debe ser así, pero puede ser que la solución la tengas enfrente y no te des cuenta.

En su momento este fue un juego que se consideró avanzado a su época, especialmente por cómo te hacía sentir inmerso en un mundo fantástico, y esa fama le garantizó su vigencia y reediciones. Si bien la aventura gráfica 2D original es de 1993, antes de llegar a Switch, Myst tuvo dos remakes, uno completo llamado realMyst que lo transformó en un juego 3D en el año 2000 y luego fue actualizado con mejores texturas en 2014 con realMyst: Masterpiece Edition. Si bien soy de los que prefiere siempre un buen juego con malos gráficos que una obra tecnológica de punta aburrida, tengo que decir que si bien el juego envejeció bastante bien, está claro que los años le pesan. En mi caso personal no me quejo de los gráficos, pero si hubiese esperado una mayor fluidez y unos controles más pulidos. 

Respecto a este último punto, tenés dos formas de controlar tu personaje. Uno es con la forma tradicional point&click del juego original usando la pantalla táctil. La otra es con movimiento libre con el joycon. Lamentablemente, los controles fueron lo que menos me gustó del juego. No pude adaptarme bien a ninguno de los métodos y terminé muchas veces usando ambos, pero algo desesperado por el mensaje que sale pidiendo confirmar que deseas pasar a usar el touchscreen. Ojalá que en alguna actualización permitan deshabilitar el mensaje y pasar de un esquema a otro de forma indistinta. El hecho de sentirme más cómodo con la interface original tiene otra contra y es que solo vas a poder jugarlo en modo handheld.

realMyst: Masterpiece Edition muestra que el juego sigue brindando una experiencia excelente, aunque a veces toque pelear con los controles, el gran desafío y la satisfacción de ir superando puzles sigue intacto.