Replay: Doom I y II

Con su reedición para consolas, volvimos a jugar dos de los clásicos más influyentes de la historia de los videojuegos y siguen siendo tan gratificantes como hace 27 años.

Hace ya 27 años, id Software cambió para siempre el género de los First Person Shooters (FPS). Sin dudas, Doom es uno de los juegos más importantes en la corta historia de los videojuegos. Aunque los jugadores de PC podían seguir disfrutándolo como si no hubiese pasado ni un día desde su lanzamiento, hay toda una generación de jugadores que nunca habían podido hacerlo. Con la reedición para Xbox One, PS4 y Switch de Doom I y II, ya nadie tiene excusa para no disfrutar de la mejor lección de historia que John Carmack y compañía nos podía dar.

¿Qué hace a Doom tan especial?

Doom básicamente definió lo que un FPS debía ser, estableció la fórmula que hoy, con variaciones y mejoras, seguimos jugando. Tuvo tanta influencia que no solo modificó lo que esperábamos de un género sino que generó cambios en otros. No conozco mucha gente que fuese gamer en 1993 y no haya jugado Doom, y muchos menos diseñadores de la industria que vivieron esa época y no lo nombren entre los juegos más relevantes de su momento.

Un mundo en 3D (aunque con enemigos 2D, el 3D real llegaría con Quake), multiplayer y mods, Doom tenía todo. Independientemente de su brillante avance tecnológico, de la mano de Carmack, su forma de diseñar los niveles, el uso de teleportadores, su dinámica de juego, marcaron un antes y un después y trajo una ola de juegos que era fácil llamarlos copias de Doom. Imaginen algo similar a lo que sucedió con Dark Souls hace poco, un tema recurrente en mil reviews, hasta que empezamos a definir un género con los Soulslike. 

Doom salió el 10 de diciembre de 1993, y en 1994, vimos una seguidilla de juegos que estaban fuertemente influenciados por la creación de id Software. Heretic, Corridor 7, System Shock, Marathon o Rise of the Triad fueron excelentes, pero no hubiesen existido en esa forma sin Doom. El 10 de octubre de 1994 id Software volvió a dar otra lección, y lanzó Doom II.

Dos reediciones con todo el contenido disponible y soporte de mods

Si compras estas versiones de relanzamiento, vas a recibir todo el contenido oficial disponible para los juegos, en el caso de Doom I, el cuarto episodio, Thy Flesh Consumed, que era parte de Doom Ultimate. En el caso de Doom II, trae los llamados Master Levels, 20 niveles adicionales desarrollados por miembros de la comunidad pero con el apoyo de los desarrolladores.

Como si fuese poco, con un reciente parche, se agrega soporte de mods, no todos los disponibles serán compatibles, pero ya podés jugar Final Doom, que eran 32 niveles de TnT: Evilution y The Plutonia Experiment, y Sigil. Este último salió hace muy poco, y es la creación de nada más y nada menos que John Romero.

Rejugando un clásico

Tenía varios años desde que había rejugado Doom, si mi memoria no me falla la última vez fue para probar algún nuevo release de Brutal Doom (anótenlo en la lista de mods fundamentales), y me intrigaba ver cómo me iba a parecer la experiencia de volver a visitar los intrincados niveles que están por cumplir 30 años.

Probablemente hoy debería ser mucho más objetivo que cuando lo jugué por primera vez a los 18 años y me volvió loco, pero la objetividad con un juego que tuvo tanto impacto en mí todavía es algo cuestionable. Para mí, Doom I y II siguen siendo perfectos a su manera, por algo definieron toda una época, por algo hoy siguen siendo referentes.

El gameplay rápido, implacable, desenfrenado sin mucha historia que interrumpa la acción, se siente tan bien como hace 27 años. Es excelente tener juegos como Bioshock Infinite donde la historia tiene mucho peso y los terminas con la boca abierta, pero también son necesarios los Doom clásicos, donde todo es acción.

Algo que hice por primera vez es que los pude jugar en modo cooperativo, pero lo que lo hizo más especial que nunca fue que lo hice con mi hijo, algo que no se me cruzó por la cabeza cuando me entregaron los dos diskettes donde venía Doom. Para él tal vez sería otro juego más, pero para su papá, fue un momento increíble.

Si les interesa su mini review, él con sus once años, a pesar que viene a la inversa en su recorrido por la historia de los videojuegos, se enamoró de lo mismo que yo, algo que tal vez no esperaba. Le gustó que no había nada de tutoriales estúpidos, nada de historia aburrida para saltarse antes de poder llegar a la acción. Si bien al principio le pareció muy rápido a los pocos minutos ya estaba disfrutando del desenfreno de Doom, con una sonrisa de oreja a oreja, mientras yo en mi mitad de pantalla lo seguía, dejando que él descubra los mapas, algo que milagrosamente yo todavía recordaba con bastante detalle.

Es fundamental que los grandes clásicos sigan siendo conservados, algo que en PC estamos acostumbrados, pero nos guste o no, es una porción pequeña del mercado de gaming. Es muy acertado que Bethesda haya lanzado estos juegos ahora, y que Skyrim no sea el único juego que tiene versiones para cuanta consola exista en este planeta :)