Usando un Casco de Realidad virtual, dos años después

Ya han pasado dos años desde que me compré el Oculus Rift, y hoy en día tengo muy claro si te puedo recomendar o no un Casco de Realidad Virtual a vos.

Desde que Oculus anunció que planeaba sacar un casco de realidad virtual sabía que tarde o temprano iba a terminar comprando uno. No había duda posible, algo así entraba en la categoría “el sueño del pibe”. Poder tener uno de estos gadgets era algo de ciencia ficción cuando era chico, era el holo-deck de Star Trek, era todo lo que habíamos soñado. Ya pasaron dos años desde que los primeros que lo compramos empezamos a recibir nuestros cascos, con una mejor oferta de juegos y apps, y mucha menos euforia. Es un buen momento para ver dónde está la tecnología. ¿Cumplió lo que prometió? ¿Se lo recomendaría a un amigo que lo compre hoy?

La primera experiencia

El hype fue tal que salté a la pileta sin nunca haber probado un casco de realidad virtual. Después de una instalación super simple me sumergí en algo tan fantástico que la sonrisa no me la podía borrar nadie. Si bien la oferta de experiencias y juegos no era la más extensa, era fácil encontrar algunas que te dejaban loco.

La primera oleada de juegos buenos - como Chronos, EVE Valkyrie, Pinball FX 2, The Climb y Damaged Core - ayudó a que pese a jugar con un control de Xbox, la experiencia fuese única, pero algo faltaba…

A mitad del camino, Oculus lanzó sus controles Touch y algo que era fantástico se transformó en alucinante. Hay que experimentarlo para apreciarlo del todo, pero sin dudas todo esto nos acercó al objetivo final del VR, sentir presencia, abstraerte de todo lo que tenés alrededor y pensar que estás dentro de esos mundos fantásticos.

Ahora, después de varios experimentos y aprendizajes, están saliendo juego que están a otro nivel. Esta segunda generación de juegos que encabezó Robo Recall, Lone Echo / Echo Arena y Wilson’s Heart, convence hasta al más acérrimo crítico que el VR llegó para quedarse.

Simracing y Realidad Virtual: Un solo corazón

Si bien muchos géneros se adaptan extremadamente bien a la realidad virtual, hay algunos que son la pareja perfecta. El simracing es hoy uno de esos casos. Para los que estamos muy enganchados con ese género no hay experiencia mejor. La resolución no es la mejor, y en días de mucho calor puede ser algo incómodo correr durante 40 minutos con el casco, pero todo se perdona cuando experimentás una carrera rueda a rueda o un stage de rally. La sensación es increíble, incomparable. No importa si tenés el mejor monitor del mundo o un setup de foto con triples. Con el casco estás ahí, sentado en el auto, con el FOV perfecto y la adrenalina al 100%.

Solo por el simracing recomendaría un casco, pero convengamos que somos pocos los que están muy enganchados en este género. Son muchos más los que el simracing no les genera ningún interés. Y esto nos lleva a una de las críticas. Falta todavía un juego que te invite a jugar todos los días.

Lo más cercano es Echo Arena, que es fantástico, pero con una comunidad pequeña y a veces algo tóxica. Dead & Buried tenía todo para hacerlo un juego de esos que todos los días querrías jugar un rato, pero es poca la gente que lo usa y cuesta encontrar partidas en línea. Experiencias singleplayer hay varias buenas, pero ninguna logra ser ese killer app que la plataforma necesita.

¿Y los defectos?

Como todo producto de primera generación, todos los cascos del mercado tienen hoy sus limitaciones. Dependiendo del juego, hay algunas que se sienten peor que otras. Al menos para mí, las dos cosas que más me molestan son la baja resolución y los cables.

Lo interesante es que esto no siempre es un problema o algo de lo que vas a darte cuenta. Te voy a dar un par de ejemplos. Hay juegos que usan gráficos más simples, con una paleta de colores vívida donde la resolución parece casi perfecta, pero en un simulador de vuelo de combate, como War Thunder, cuando te tengas que esforzar para leer el tablero del avión o para identificar a tus enemigos a la distancia, vas a querer que tu casco tenga paneles de mucha mejor resolución (dejemos de lado de la tarjeta gráfica que necesitarías para moverlos a 90fps).

[caption id="attachment_32098" align="aligncenter" width="1600"] La caja maravillosa.[/caption]

Hablando de simuladores, sigamos con ese ejemplo. En experiencias que estás sentado, tener un cable del casco a la PC es algo que no molesta demasiado. Incluso aunque andes moviendo la cabeza de lado a lado para buscar a un Messerschmitt escurridizo. En los juegos donde estás parado, donde la acción ocurre en cualquier dirección, como Arizona Sunshine y sus ataques de hordas de zombies, el cable se vuelve una molestia y un peligro.

Las dos cosas probablemente van a ser cambiadas en la próxima generación de cascos, pero no llegan a ser algo tan terrible que haga que te diga que deberías esperar para comprar un casco si estás dudando.

¿Volvería a comprarlo?

Les voy a dar una respuesta corta y una larga. La corta es sí, la larga es siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii. Después de dos años de experiencias únicas, de momentos en que me sentí al volante de un auto de carreras o en el medio del espacio, si le pudiese dar un consejo al yo de hace dos años le diría que no dude tanto y lo compre rápido, que no durmiese para ser el primero en el preorder.

Vendrán versiones mejores, pero para qué esperar? El VR es fantástico hoy y aunque le falta su killer app, ha sido una de las mejores compras que he hecho en tecnología. Es todo lo que esperaba y más, es el sueño del pibe hecho realidad.