Rage 2, un fantástico gunplay en un mundo abierto que no acompaña
Bethesda nos trae un FPS de mundo abierto que brilla en sus momentos de más acción, pero necesita mejorar un ritmo irregular que le juega en contra.
Rage 2 era uno de los juegos que más esperaba para este 2019, siendo un fanático de los FPS era difícil que no lo fuese. Todos los videos y previews decían lo mismo, era todo lo que estaba bien del gunplay de Doom mezclado con un mundo abierto postapocalíptico bizarro y divertido. Con los primeros minutos del juego no podía estar más feliz, te transmiten exactamente eso: buena acción, un personaje con buenos diálogos y un malo con un ejército enorme, gigantes incluidos. Lamentablemente, a medida que avanzan las horas jugadas, esa sensación sigue pero de a ratos, el mundo abierto le juega en contra a un título que tenía un potencial enorme de ser simplemente fantástico.
Empecemos por lo mejor del juego, el gunplay. Se nota a la legua todo el aporte del equipo de id Software, que de esto sabe mucho. Las armas de Rage 2 son fantásticas, se sienten muy bien, desde el diseño y las animaciones hasta cómo los enemigos reaccionan a los impactos de balas. Si jugaron el Doom de 2016 saben a qué me refiero y si no lo hicieron deberían hacerlo, ya. El gunplay es la mitad de la fórmula, la otra la da la velocidad con la que se mueven tus enemigos y vos. Una vez que le agarras el gusto a tomar la ofensiva con la escopeta, corriendo entre hordas de enemigos, no vas a querer jugar de otra manera.
Lo que les digo es literal, aunque fui liberando armas y poderes, siempre volví al combo casi infalible de escopeta y rifle de asalto. Aunque la escopeta es de las mejores que he visto en un videojuego, hay un problema de balance. Hubiese sido fantástico si el juego me hubiese obligado de alguna manera a jugar de otra manera, con algunos enemigos comunes o jefes que requieran ciertos poderes o armas específicas para ser derrotados. Esto es algo bastante personal y no sé si diría que es un punto negativo del juego, pero todo el esfuerzo que pusieron en diseñar poderes y armas interesantes, como una pistola con balas incendiarias que podés detonar luego del impacto, de alguna forma se pierde y al menos para mí hizo que pensase que Rage 2 no llega a mostrar todo lo que podría haber sido.
Y hablando de potencial desperdiciado, mucha de la culpa es una mochila que le pesa mucho: los vehículos. Sería clave que Avalanche ponga todo su esfuerzo en mejorar el manejo en un futuro parche, porque en un juego donde la forma de moverte de una punta a otra del mapa es en diferentes autos, que estos se sientan horribles al manejar no ayuda para nada a que te enganches. Un cambio en este sentido haría de Rage un juego considerablemente mejor.
Como en la mayoría de los juegos de mundo abierto, entre cada misión suelen pedirte que vayas de un extremo a otro del mapa, y es en esos viajes que Rage trata de darte algo de acción para entretenerte. Esto puede ser atacando caravanas enemigas o jugando carreras con otros autos, el primero está bien logrado pero el segundo muchas veces hace que te desvíes considerablemente de tu destino por lo que muchas terminé ignorando la mecánica.
Rage 2 brilla en los momentos de más acción, cuando estás a pie, tomando la ofensiva, cazando enemigos de todos los tamaños. Tan bien funciona esta dinámica que en mi caso de alguna manera llegó a compensar sus puntos más flojos, haciéndome querer volver por más. Para muchos, sin algunas mejoras, es un juego que va a resultarles muy irregular y que probablemente les convenga no dejar pasar cuando baje de precio o lo mejoren un poco. Yo espero que lo segundo pase más rápido que lo primero, Rage 2 se merece eso.